El significado espiritual del solsticio de diciembre de 2018
Por tanaaz
-12 de diciembre de 2018
Hay tantos rituales e historias asociadas con el solsticio de diciembre.
Esta época del año se ha celebrado durante siglos de muchas maneras y en muchas culturas diferentes, y es innegable que incluso hoy en día, hay una magia que sigue en esta época del año.
Puedes sentirlo en el aire, verlo en la gente, escucharlo en la música. Esta época del año evoca sentimientos fuertes para muchas personas y estos sentimientos probablemente se remontan muy atrás en el tiempo.
Hay dos solsticios cada año, uno en junio y otro en diciembre. Estos dos eventos marcan un punto de inflexión en el ciclo del año.
La palabra Solsticio significa que el Sol está inmóvil, porque ese día tenemos las horas de luz más largas o más cortas, dependiendo de si estamos en el Hemisferio Sur o en el Hemisferio Norte.
Este año, el 21 de diciembre, cuando el Sol se mueve hacia el décimo signo del Zodiaco Capricornio, experimentamos el "sol en calma", un punto crítico en el ciclo del Sol en el cosmos.
Es en esta etapa que entramos en una nueva dirección de energía y comenzamos a avanzar hacia una fase de finalización.
Ahí es cuando empezamos a terminar el año. Es en este punto que comenzamos a reflexionar sobre las lecciones que nos ha traído el ciclo del año.
Ahí es cuando empezamos a cambiar.
Incluso si podemos experimentar una expresión diferente de esta energía de acuerdo con el fin de la tierra donde vivimos, el mensaje es el mismo.
El solsticio de diciembre tiene como objetivo honrar la luz y la oscuridad, celebrar el Sol que da vida y celebrar la expresión plena de quienes realmente somos.
Sin embargo, la forma en que lo celebramos será diferente dependiendo de los signos y pistas que nos brinda la Madre Naturaleza.
En el hemisferio norte, el solsticio de diciembre es un tiempo de reflexión interior. Es hora de honrar la oscuridad y saber que la luz renacerá.
Es hora de permitir que el Sol, la esencia misma de lo que somos, duerma, descanse, recargue energía y coma.
Se trata de honrar el hecho de que para que la luz brille más, debemos aventurarnos en la oscuridad y hacer las paces con lo que encontremos allí.
En el hemisferio norte, el solsticio de diciembre es la noche oscura del alma y vivimos la noche más larga del año.
En el hemisferio sur, el solsticio de diciembre es el día más largo del año y es una oportunidad para dejarse brillar.
Es hora de expresar todo tu potencial y permitir que tu luz interior ilumine el mundo que te rodea.
Es hora de celebrar y encontrar la alegría. Es hora de usar todo el poder del Sol para realizar tus sueños y cumplir tus deseos.
Es hora de iluminar y ver cómo el mundo se ilumina a su vez.
Aunque estos dos términos pueden ser diferentes, todos contribuyen al mismo objetivo.
El solsticio de diciembre apunta a honrar el hecho de que aunque podamos vivir el día más largo, la oscuridad volverá, y aunque podamos vivir la noche más larga, la luz volverá.
Aunque vemos la dualidad, todo es lo mismo. No podemos percibir la luz sin haber visto la oscuridad, no podemos entender el verano sin haber visto el invierno.
Estos dos conceptos se necesitan mutuamente para ser reales.
Realmente solo hay un estado, todo lo demás es ilusión. Nosotros somos uno La luz y la oscuridad son una. Somos todo y nada al mismo tiempo.
En este solsticio de diciembre de 2018, se nos recuerda que, independientemente de la oscuridad de la noche, la luz siempre volverá.
Y cualquiera que sea la luz del día, la oscuridad volverá una y otra vez.
Vivimos en un mundo donde podemos ser felices en un momento y tristes en el otro.
En un instante, tu vida puede cambiar.
En un instante, puedes enfrentarte con la muerte y el dolor o el nacimiento y el placer.
Vivimos en un mundo donde existen todos estos matices. El más alto. El más bajo. Las luchas y las victorias.
Y aunque puedan parecer estados de estar separados, son parte de algo más grande. Son parte de la integridad.
Porque entramos en este estado humano para experimentar todos los matices, colores y expresiones de nuestro arco iris emocional.
Entramos en esta vida humana para sufrir, para prosperar, para encontrar la alegría y para encontrar el dolor.
Lo experimentamos porque sabemos que es lo que nos hace completos.
Respetar los ciclos. Y debes saber que no se trata de la frecuencia con la que te aventuras en la oscuridad o la luz, sino en cómo permites que estos estados te muevan, te cambien, te ablanden y te despierten.
La plenitud, al amor, que mora en ti y alrededor.
Un mensaje canalizado para ti.
En este solsticio, encuentra tu plenitud y sabe que la luz y la oscuridad son lo mismo.
No te arrepientas de los momentos pasados en la oscuridad, y no cuelgues demasiado cerca de la luz.
No hay oscuridad ni luz, no hay ninguna.
Sólo hay uno.
Es sólo un todo.
No luches contra la oscuridad.
No luches contra la luz.
Basta con hacer las paces con estos dos estados y considerarlos como parte de algo más grande y más infinito.
Piense en ellos como meras etiquetas que nuestra mente usa para darle sentido al mundo.
No son nada más.
No hay etiquetas.
Solo se Sé como eres y acepta todo lo que te suceda.
Úsalo para curarte a ti mismo.
Úsalo para hacerte el amor.
Úsalo para elevarte a mayores estados de plenitud.
Sólo hay uno.
Y todos estamos en el mismo barco.
Uno no puede levantarse si eso significa que el otro cae.
Todos debemos unirnos a nuestros esfuerzos y ser uno
. Debemos mirar más allá de la dualidad de los ojos y ver con nuestros corazones.
Sólo el amor es real.
por Mensajes celestiales
Traducido por Marie-Louise para https://messagescelestes.ca
